CUATRO NOTICIAS

Jornada V

CUATRO NOTICIAS

Para esta ocasión, hemos recortado varias noticias de prensa en las que el protagonista era un personaje especial. Hemos seleccionado cuatro. Una alumna ha decidido que se repartieran las cuatro noticias fotocopiadas, para que cada participante pudiera elegir trabajar con la que quisiera. También existe la posibilidad de trabajar todos con la misma. Eran noticias sobre: el cirujano jefe de la Plaza de Las Ventas, que se jubila; un modelo masculino que desfila pasando trajes de novia; un reportaje sobre Albert Boadella, director de las Teatros del Canal, y una anciana que se niega a abandonar la residencia donde vive y que quieren cerrar. El ejercicio consiste en identificarse con el personaje y hacer un pequeño texto en primera persona por medio del que podamos oír su voz.

Marco. La creación del personaje es un proceso largo y complejo. Pero podemos intentar hacer ejercicios de identificación con algún personaje ya existente o crearlo a partir de datos concretos. Algunos ejemplos podrían ser: personajes de noticias de prensa; juegos de identificación con personajes de novelas cambiando sus circunstancias, cambios de época, traslado de personalidad; construir un personaje común añadiendo cada uno de los participantes una característica, un dato; partir de un personaje paradójico, el niño-anciano, la guapa que se cree horrible; cartas del personaje rebelándose frente al autor; ejercicio de identificarse con el malo, humanizarlo, hacerlo creíble; ejercicio de personaje que realiza pequeñas maldades, sutiles, leves.

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CARMEN

Vamos, menuda panda de aprovechados, claro los mayores molestamos, nos echan y plantan aquí unas viviendas de lujo, al ladito de la playa. Sí, sí. Motivos de seguridad, poco les importa cómo subo las escaleras, si llevo taca-taca o el taca-taca me lleva a mí.
Y me mandan a Laredo, vamos, lejísimos, y a Juana, ¿dónde la mandan?, eh, después de seis años juntas, porque llegamos a la vez, en marzo del 2006, que no se me olvida. Con quién voy a ver mejor la novela, echar la partida, ir donde María que nos peina de maravilla.
Vamos, que lo llevan claro, que no me voy, yo me quedo aquí, no me nuevo, a ver qué hacen. (Patricia Jato)

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CARMEN
¡Ay, Jesús, María y José! ¿A dónde vamos a llegar? Carmen, hija, que para el pobre todo son palos, que no van a dejarte vivir tranquila ni de vieja. ¿Y qué más les dará dejarnos un poco más aquí, con lo poco que nos queda? Tú que pensabas que ya habías sufrido bastante con la guerra… ¡Santa Bárbara bendita!
Ahora, que yo no me voy así como así. ¡Me ato a la cama! Que ya no respetan a la gente mayor porque, hoy, no hay ni respeto ni nada. Y ya pueden venir los gerifaltes esos, que les voy a decir cuatro cosas bien dichas, que las verdades se dicen a la cara… Y a mí no me importa que venga el mismísimo presidente de Cantabria, o el Rey, que se lo iba a decir igual.
Sí, Carmen, a ti va a venir a verte el Rey. ¡Qué cosas dices! Anda que no tiene bastante con lo del yerno, su hija, la otra hija y lo de él. Que ya está muy mayor, el pobre.
¡Santa María de los Desamparados! Que ya no sé lo que me digo. Que se me va un poco la cabeza… (Soraya Puertas)

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 SATISFACCIÓN

Las cinco de la tarde es un momento simbólico para mí. Nací a esa hora y, como si preludiara mi futuro, gran parte de mi vida ha transcurrido en torno a ella, en la barrera de una plaza de toros. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, es más, no me imagino haciendo otra cosa, no podría.
“A más toro va el becerro…” decía siempre mi padre con mucho orgullo, y eso sin saber él entonces que habría otra generación más siguiendo su lance. ¿He sacrificado ciencia por fiesta? No lo sé, pero me siento taurino por delante y por detrás, me gusta ese mundo, ese ambiente, esas tardes de polvo, sol y vino… o sangre.
 Aquí tengo mi sitio. Conozco a todas las figuras que han pasado por este ruedo, y de algunos podría leer en sus cicatrices la fecha y hora de esa cogida, sin tragedia, con arrojo y pasión, mucha pasión… (Mayte)

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UNAS CEJAS

Me gustan los detalles. A otros les encantan las personas completas. A mí no. Podría enamorarme de unas manos, de un bigote de la curva de un cuello frágil y flexible, del hoyuelo que se forma bajo la clavícula, de esos pelillos blancos que crecen en la nuca. Y da igual que sea la nuca de un hombre o de una mujer. Pensaba en los pelos hirsutos que les crecen a algunos ancianos. En cualquier parte. En las orejas. Me podría enamorar de las cejas estrambóticas de un viejo. Bueno, sin hacer de menos al viejecillo. Recuerdo un pueblo del sur, en la península de Istria. La única vez que fuimos en verano al mar. Yo era muy pequeño, tendría como siete años. Llevaba una de mis muñecas a la playa. Había un marinero viejísimo sentado en una barca, cosiendo redes al lado de varias mujeres. Silbaba muy bien. Me hizo señas. Cogió a mi muñeca y se puso a silbar con ella, como si le hablara. Recuerdo sus manos como si las estuviera viendo, y los pelos como alambres blancos de sus cejas relucientes sobre la piel oscura. (Gabriel)